El día a día

El día para mi comienza a las 06,20 de la mañana. Al despertar estamos teniendo la buena costumbre de desayunar un buen filete de ternera, acompañado a veces de un huevo o de unos tomates naturales........ sorprendente para quien me conozca porque es raro el día que desayuno en España pero acá hay que coger fuerzas ya que entre el calor y las caminatas que se pega uno acabas rendido a media mañana. 
Estas primeras semanas me las he dedicado a ir a los distintos ministerios y organizaciones con las que colaboramos, para que me vayan conociendo e ir poniéndole caras a cada uno de los responsables. Muchas son las quejas que tenemos en España del trabajo de los funcionarios........ tendrían que conocer a los de acá; muchas veces una reunión puede ser más parecida a una película de los hermanos Marx, pero uno tiene que ir acostumbrándose al ritmo de vida, todo al suave y sin mucha prisa, eso si las reuniones se suelen dilatar más de lo que debieran. 
La jornada continua aproximadamente hasta las 12 de la mañana en donde hacemos la pausa para la comida: arroz, frijoles y dependiendo del día pollo, carne picada con verduras, o pasta......... poco a poco me voy a costumbrando también a la dieta de acá llena de hidratos de carbono. 
Ya en la tarde y sin descanso para una pequeña siesta, continua mi jornada laboral; a veces sube gente a mi casa para preguntarme sobre algunas cuestiones o problemas que van surgiendo en la comunidad por lo que nunca se a qué hora termino, incluso si tengo tiempo bajo al campo de fútbol para jugar con los muchachos de La Prusia.
A las 7 de la tarde es la cena; cada día nos toca a uno de los voluntarios/as hacer la cena. El pasado martes me toco a mi y como buen cordobés intenté deleitar a todos con un buen salmorejo y una estupenda tortilla de patatas. Seguramente no fue mi mejor salmorejo ni tortilla, pero cuando uno está a 8.000km de su casa cualquier cosa parecida sabe mejor que bien, la verdad que todos/as quedaron muy contentos.
A las 8 de la tarde, todos los días, tenemos reunión de voluntarios para contar entre todos/as nuestro trabajo, y mi función es coordinar esa reunión y tomar notas para luego informar a los "jefes" (ya les hablaré un día de ellos y de la gran labor que han hecho en la comunidad). La reunión suele alargarse hasta casi las 21. No sólo hablamos de lo que hemos hecho, sino intentamos pulir pequeñas deficiencias que vamos detectando, todos/as con muy buena onda y sabiendo que son estas reuniones donde podemos no sólo informar sino que planificar actuaciones futuras.
Ya sobre las 22 es cuando me marcho a la cama rendido............. y al día siguiente vuelta a empezar. Por ahora la rutina está siendo esta, teniendo un gran volumen de trabajo todos los días.

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